El Tarot, una antigua herramienta de adivinación y autoconocimiento, está conformado por 78 cartas divididas en Arcanos Mayores y Menores. Los Arcanos Mayores, un total de 22, son las cartas más enigmáticas y poderosas del mazo. Cada una tiene un simbolismo único que encierra significados profundos y universales, actuando como faros que iluminan los senderos de la existencia humana, guiándonos en un viaje hacia el autoconocimiento y la comprensión espiritual.
Representa la creatividad y el poder de manifestar nuestros deseos a través de la voluntad y la habilidad.
Símbolo de la intuición y la sabiduría femenina, conectada con los misterios más profundos del universo.
Encarna la fertilidad, la abundancia y el poder creativo en todos los aspectos de la vida.
Representa la autoridad y el orden, simbolizando la estructura y la estabilidad.
Refleja la búsqueda espiritual y la conexión con la tradición y la enseñanza formal.
Simbolizan la elección y la toma de decisiones, así como las relaciones y la armonía.
Representa el triunfo a través del control de las fuerzas opuestas, la victoria mediante la determinación.
Encarna el equilibrio y la imparcialidad, recordándonos que nuestras acciones tienen consecuencias.
Simboliza la búsqueda interior, la reflexión y el autoconocimiento profundo.
Representa los ciclos de la vida, el cambio constante y la inevitabilidad de la suerte.
Encarna el coraje y la resistencia, recordándonos la importancia de la fuerza interior.
Símbolo de la entrega y el sacrificio, nos insta a ver las situaciones desde una perspectiva diferente.
Marca el fin de una fase y el comienzo de otra, simbolizando la transformación y el renacimiento.
Representa el equilibrio y la armonía, la combinación de opuestos para lograr la paz interior.
Encarna las tentaciones y los deseos terrenales, recordándonos la importancia de la liberación y la autoafirmación.
Símbolo de la destrucción necesaria para el renacimiento y la transformación profunda.
Representa la esperanza, la inspiración y la conexión con lo divino.
Símbolo de la intuición y los misterios del inconsciente, nos invita a explorar las sombras internas.
Encarna la alegría, la vitalidad y la claridad, simbolizando la iluminación interior.
Marca la evaluación y la reevaluación de nuestras elecciones, así como la aceptación de las consecuencias.
Representa la realización y la culminación de un ciclo, simbolizando la integración de todas las experiencias.
Este arcano cierra el ciclo de los Arcanos Mayores. Representa la libertad, la espontaneidad y la confianza en el universo. El Loco nos recuerda la importancia de aventurarnos en lo desconocido y abrazar la vida con entusiasmo, incluso si no conocemos completamente el camino.
Cada carta de los Arcanos Mayores del Tarot es una ventana hacia la comprensión de aspectos profundos de la existencia humana. Al estudiar y reflexionar sobre estas cartas, podemos obtener valiosas perspectivas sobre nuestro viaje espiritual y la comprensión de nuestro propio ser.
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